miércoles, 18 de enero de 2017

Medios mediocres

Como Internet permite que cada persona sea un medio y como las redes sociales son megáfonos de todo (y de nada), los usuarios de la red, y de las redes, tenemos cada vez más responsabilidad frente a lo que publicamos y lo que compartimos. Esa responsabilidad es mayor en la medida en que aumente la influencia.

Hace unos años, para existir siquiera, no digamos ya para alcanzar reputación, un medio de comunicación tenía que ser riguroso en cada nota publicada, tenía que contrastar fuentes, tenía que investigar. Tenía que hacer trabajo periodístico. Con inmensas desventajas, cierto: los costos de producción de estos medios eran (y son) muy altos, cosa que por supuesto lleva a que su propiedad se concentre. Es, cómo negarlo, un hecho positivo que la difusión de información sea haya democratizado con la existencia de Internet y las redes sociales.

Estamos expuestos a una avalancha de información que confunde. Como consumidores, toda esta oferta nos permite la posibilidad de elegir qué leemos, qué vemos, qué oímos. Y esa decisión libre, se ha convertido en una inmensa responsabilidad. Al replicar en las redes sociales una información, cualquiera que sea, el usuario, de no aclarar lo contrario, suscribe lo publicado. Ahí radica la responsabilidad de los lectores.

El mundo político de hoy estaría cantando otras notas si el periodismo hecho en y para Internet, hubiera tenido sentido de la responsabilidad y rigor periodístico. Y esa responsabilidad, recae con especial fuerza en los líderes políticos y sociales que sin criterio replican cualquier titular provocador.

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