Rafico.
Así le decían en el colegio. Y me acuerdo bien de él: era el jefe de la banda,
el de los amigos, el de las novias…el niño play del colegio, sí. Todos nos
acordamos de él porque de alguna manera todos queríamos ser como él, ¿Quién a
los 12 años no quería tener la novia más linda y más amigos y más
reconocimiento?
Se
graduó y nada más supe del hombre. Hasta
hace unos años, cuando por cuenta de un escándalo del que fue protagonista su
hermano, lo recordé fugazmente. Un escándalo en el que sus personajes –poderosos-
estuvieron dispuestos a torcerle el pescuezo a la ley con tal de hacerse a unas
importantes tierras, a hacerse más ricos, sin importar nada más.
Volví
a saber de él ayer, lunes por la mañana. Cuando su nombre completo, Rafael
Uribe Noguera, empieza a sonar en el radio como el principal sospechoso de un
caso atroz en el que una niña de 7 años había sido torturada, violada y
asesinada. Como en estas cosas la información contradictoria prima y el exceso
de noticias en las redes sociales marca la agenda, no era fácil saber qué
creer. Porque, obvio, uno no cree que alguien con alguna clase de cercanía sea
capaz de semejante cosa.
Ahora
que sé más del asunto, ahora que sé que el tal Rafico es efectivamente el torturador,
violador y asesino de Yuliana Andrea Samboní, no salgo del asombro por muchas
razones: la primera, es el
cinismo con el que el señor recibe la notificación de su orden de captura.
La actitud desafiante, con los brazos cruzados y acostado, casi en la onda de
“usted no sabe quién soy yo”, es desconcertante y muestra a un indiferente sin
ningún interés por lo que le están diciendo.
Otra
razón que me aterra y asquea es lo que hay detrás de su estadía en una clínica.
Los medios dicen que sigue ahí porque lo están desintoxicando de una sobredosis
de cocaína, pero se ha conocido que antes de ir a parar en el Centro Vascular
Navarra no lo habían recibido en otras clínicas. Los medios han presentado a
Uribe como un prestigioso arquitecto. En Bogotá, los prestigiosos arquitectos
no se van a pasear de clínica en clínica a ver quién los desintoxica después de
esos excesos, lo que me lleva a pensar que alguien estaba tratando de dilatar
la situación, antes de que las autoridades conocieran el caso. Y como si fuera
poco, el
Fiscal General de la Nación, dijo que la escena del crimen fue manipulada antes
de ser procesada, ¿Quién podía entrar al apartamento en donde encontraron
muerta a Yuliana Andrea Samboní?
No,
ahora sé que no quería ser como el depredador, violador, torturador y asesino
Uribe Noguera. Estaba confundido nada más. Lo único que yo siempre he querido
ser es un buen ser humano.