Escalofriante. No hay otra palabra para describir
la candidatura en ciernes a la Presidencia de Alejandro Ordóñez, que hace unas semanas anunció el inicio
de la recolección de las 461.283 firmas que le permitirán ser candidato independiente
a la Presidencia de la República.
Es escalofriante
por muchas razones: la primera, es que fácilmente el destituido ex procurador recogerá
esas cuatrocientas y tantas mil firmas. La segunda, que sea gente joven la que
lo acompaña, porque, me pregunto, ¿Qué
clase de cambio, en un país que los necesita tanto, pueden promover unos
jóvenes que siguen a alguien que quemó libros?, ¿Qué esperar de unos jóvenes que siguen a un candidato que persiguió ciudadanos haciendo uso de su poder y por razones religiosas?
En la foto que
registra El Espectador aparece Ordóñez con sus símbolos ya
característicos: calzonarias y llavero de oro y ahora, en intento por parecer
joven, anda por ahí en mangas de camisa. Le falta el crucifijo, no se le ve.
Nadie ha
votado por él nunca: llegó comprando votos a donde pudo llegar. Le
untó la mano a todo cuanto funcionario le fue posible para empalagarse del
poder del Ministerio Público y paradójicamente en este país en donde la
justicia vive renga, ella llegó tarde para sancionarlo anulando su elección por
irregular, por ofrecerle puestos a quienes lo elegirían. Clientelismo: favores por votos. Y eso también es escalofriante: que
legalmente y con esa historia, pueda ser candidato.
Pero la razón por la que es más escalofriante es
que estamos ante un candidato que muy seguramente se unirá a la otra campaña de
la extrema derecha, sea cual sea. La que Uribe diga que sea, mejor dicho, y que declara sin vergüenza que
asume ese compromiso por “mi
familia, por sus familias, por la familia de Colombia”. Por supuesto, por
familias como la de él, ya escasas y sin aceptar ninguna diferencia y sin darse
cuenta de que las familias en Colombia, en su mayoría, ya no son como la de él.
No habría
mucho más de qué sorprenderse en Colombia excepto porque la promotora del
referendo discriminatorio e inhumano, en contra de la adopción de niños por
parejas distintas a esas como la de Ordóñez, Viviane
Morales, anunció también esta semana su precandidatura a la presidencia. Viéndolo bien, ella sería la fórmula
perfecta en la candidatura de Ordóñez, porque al final, a los dos, la ideología
los degeneró.
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